Cartagena es de las pocas ciudades colombianas en las que fenómenos como el mototaxismo y el bicitaxismo han tomado formas corpóreas inimaginables, hasta el punto de ser ellos los dueños de las vías públicas de la ciudad. En sectores como Villas de La Candelaria, El Pozón, Las Gaviotas y La Carolina, los bicitaxistas andan a ley del chivo: invaden el espacio público, transitan sin ninguna norma de seguridad, no respetan las señales de tránsito, no poseen ningún distintivo, la edad de quienes los conducen no tiene límites, no responden por los daños que ocasionan, no poseen ninguna clase seguro, etc.
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