Históricamente, Cartagena y muchas ciudades de la costa, vienen siendo laceradas en su cultura, en sus costumbres, por agentes externos que simplemente no les parece cómo somos, cómo nos divertimos, cómo hablamos, cómo sentimos o cómo vemos la vida. Es muy factible que un día cualquiera a los paisas o a los cachacos se les dé por decir que las murallas se verían mejor estucadas y así se haría. La identidad de nuestra ciudad siempre será una garita y un coche, y eso, ya no les parece, ahora quieren quitarle el coche, ¿quién incita eso?, seguro que no son los cartageneros, porque nos han cercenado la libertad de tener y diseñar nuestra ciudad como nos gusta. Desde las épocas coloniales esto se viene dando en Cartagena y desde principios del siglo XX, se están utilizando para fines turísticos, nadie lo había visto mal, hasta que a alguien, se le ocurrió entrar en persecución contra este negocio que mantiene a más de ciento veinte familias cartageneras. No se ponen a pensar los animalistas, que los caballos y los burros aún existen porque son útiles al hombre, en los pueblos, en las fincas donde se les daba mayor utilidad, ahora son reemplazados por motos u otro tipo de transporte de carga mecánico y por eso están siendo sacrificados para venderlos en los expendios y esto los encausa en el camino del exterminio. Con el tiempo nadie va a querer tener una yegua preñada... ¿Para qué? si es más practico andar en moto que andar a caballo o en burro, más rápido y más in, la única utilidad que se le está dando al caballo criollo, es la de los coches. Se deben tomar medidas, en casos particulares, para quien maltrate un animal, correcto, aplausos por eso, todo el peso de la ley para quien lo hiciere, pero en Cartagena, la mayoría de los caballos están en buen estado y eso es verificable a simple vista. Los más moralistas, que se dicen llamar animalistas, ¿por qué no se enfocan en velar por los niños pobres? ¿por qué no van a la periferia a ver como mueren los niños de hambre? eso lo ignoran, no les interesa, porque es menos mediático o propagandístico, porque lo que les interesa es armar el show y no les importa cuántos platos de comida están arrebatándoles a las mesas de las familias cartageneras. Si en verdad les interesaran los animales, y no ver sus caras en la TV o en los periódicos, en Cartagena no hubiese ni un perro o gato callejero deambulando y pudriéndose de sarna por las calles. ahora hasta los concejales de Medellín, que no tienen ni un problema en sus comunas, aburridos de no tener nada que hacer, sugieren cambios en nuestra ciudad. Gracias a Dios tenemos un Alcalde que tiene los pantalones bien puestos y le ha puesto el pecho a esta tormenta que solo busca subyugar nuestra cultura, invocamos el espíritu del gran guerrero Benkos Biohó, para que le siga dando fuerzas para defender nuestra cultura y nuestro sentir.
¡Levántate Cartagenero, defiende lo tuyo!
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