La reliquia del Santo Sepulcro, imponente joya artística del barroco colonial español, es marchada en procesión el Viernes Santo en la Villa de San Sebastián de Tenerife (Magdalena) desde que San Luis Beltrán en 1559 fue párroco de esa población. Esta procesión se caracteriza porque pareciera que uno estuviera asistiendo al sepelio de una persona, las marchas son muy emotivas y soberbias.
En la villa de San Sebastián de Tenerife se celebran procesiones desde que San Luis Beltrán (fraile dominico de Valencia) fue párroco en esta población ribereña del río Magdalena en el año de 1559. Las procesiones se viven de una manera peculiar, ya que son marchadas al ritmo de bombos, platillos y clarinetes, lo cual le da un toque de imponencia y a la vez de sentimiento.