A PROPOSITO DE UN MUÑECO DE TRAPO
Por: Jorge E Ortega Montes
El pasado mes de Diciembre estuve en Sahagún con la ocasión de las festividades de navidad y año nuevo. Entrando por la calle que conduce al cementerio, como lo hago de costumbre cada vez que voy allá, a una cuadra de distancia del sitio por donde debía doblar para llegar a la morada materna, divisé a un “policía” parado en la esquina con el brazo en alto indicando la señal de PARE. Con cautela procedí a disminuir la velocidad del vehículo en que iba y lentamente me disponía a responder los esperados requerimientos que se piden en estos casos.
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